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Recenzii
Contribuiți la feedbackConcept restaurant that thinks that serving little is classy; this may be true in certain cases but it is not the case here, the portions are ridiculous both on the plate and in the glass; the raw materials are worked from less noble pieces. Angus beef achieves the feat of having more bones and fat than meat. We can always console ourselves by saying that there is collagen, and that it is good for our health... The presentation is ordinary and fails to save the low quality of the products (cod salad which consists of a ridiculous little piece of fish placed on pieces of damaged salad). The service, like the dishes, is messy and agitated more than really active. This restaurant gives the impression of being without a captain on board, neither in the kitchen nor in the dining room, but rather the result of a real estate investment in which the owner(s) embarked without knowing anything about the world of catering (if that). it's the opposite, it's even worse). The building is very beautiful from the outside, but it quickly appears that little thought has been given to welcoming customers with the class it claims to offer: the restaurant room is noisy (the chairs would benefit from being equipped with glides), the toilets look like toilets public. If you love good products and come to Bégur to treat yourself, don't do like us and avoid the taverna son molas. Meal type: Dinner Food: 2 Service: 2 Atmosphere: 2
Booked a table for dinner the day before. Really popular with locals. Great interior and a lovely terrace. The waiter spoke perfect English and was most informative. Really beautifully presented courses, exquisitely prepared. Highly recommended.
Restaurante con buenas vistas, aunque como había demasiado jaleo en la terraza cerrada, nos cambiaron a dentro. Todo bueno y me recomendaron un vino tinto peculiar del que no me gustó la olor aunque en boca era correcto. Muy amables.
Mi experiencia en este restaurante resultó decepcionante. A pesar de la impresionante vista al castillo de Begur y la actitud amable y sin duda enérgica del personal, varios aspectos restaron valor a la experiencia. El principal inconveniente fue el desequilibrio entre el precio de los platos y las porciones servidas. La comida se presentaba en miniaturas, lo que, a mi parecer, no justificaba los precios, generando así una clara sensación de que se pagaba demasiado por muy poco. Además, el tiempo de espera para recibir los platos resultó molesto y prolongado, lo cual afectó negativamente la experiencia gastronómica. A pesar de que la presentación de los platos era creativa y atractiva a la vista, la ejecución en términos de sabor no alcanzaba el nivel esperado de una experiencia culinaria de gastrobar. En resumen, aunque el restaurante ofrece una vista atractiva y el personal es amable, el desequilibrio entre el precio y las porciones, así como los largos tiempos de espera, hacen que no pueda recomendar este lugar, especialmente si tienes hambre.
Nosotros hemos ido fuera de temporada (finales de septiembre) y lo recomiendo 100%. Los camareros son atentos y amables, el sitio es muy bonito y tranquilo (recalco que fuimos fuera de temporada y éramos pocas mesas). La comida DELICIOSA. Probamos la cocina en miniatura y nos fuimos enamorados. Aunque es cocina en miniatura las raciones no son ridículas (algo pequeñas, pero ya lo indica su nombre). Sin duda volveremos y lo recomendamos a cualquiera ¡Gracias!