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Contribuiți la feedbackVERGONZOSO, LAMENTABLE, INACEPTABLE. Probablemente, si siguiera buscando aún encontraría algunos adjetivos más para definir la situación vivida durante la cena de Nochevieja en este establecimiento. Para empezar diré que mi familia y yo ya cenamos aquí en la Nochevieja de 2018, y que ya vivimos una situación un tanto “peculiar” cuando hubo que interrumpir la cena para tomar las uvas, celebrar la llegada de 2019 y continuar cenando posteriormente. En aquella ocasión, el personal del restaurante se disculpó por lo ocurrido y admitió su falta de previsión a la hora de organizar un evento así. Como todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad, este año decidimos dársela a EzBai, a pesar de las reservas que ya algun@s de nosotr@s teníamos por lo ocurrido el año anterior, y por que el precio de la cena no era digamos, barato; 98€ por adulto y 35 € el menú infantil. Cuando formalizamos la reserva el personal encargado de la organización nos dijo que no nos preocupáramos, que siendo conocedores de lo ocurrido el año anterior, se mimarían todos los detalles para evitar que algo así pudiera ocurrir de nuevo. Se nos emplazó a estar en el establecimiento a las 21:30 para disfrutar del cóctel de bienvenida y la posterior cena, y eso hicimos. A las 21:25 allí estaba nuestra familia (21 adultos y 8 niños) ansiosos por disfrutar de esa noche tan especial. Desgraciadamente, cuando entramos a la sala habilitada a tal efecto pudimos comprobar que el cóctel no estaba preparado. Unos minutos después un camarero cuya pericia y diligencia en tales tareas dejaba mucho que desear, empezaba a preparar el cóctel, que en nuestro caso nos fue servido a las 21:50, lo que ya nos hacía intuir que aquella cena no transcurriría por los cauces esperados. Una vez “degustado” el mismo pasamos al comedor, dándose la circunstancia que la luz que debía iluminar la zona de la mesa en la cual algunos de nosotros fuimos ubicados, estaba fundida. Esto daba un ambiente que no sabría bien si calificar como íntimo o tétrico a esa zona del comedor. Bien, la cena transcurrió sin mayores incidencias hasta que llegó la hora de servir el pescado, que estuvimos esperando alrededor de 30 minutis, y que no llegó a nuestra mesa hasta las 23:25. Esto, teniendo en cuenta que faltaba por servir el sorbete y el solomillo, ya auguraba que nuevamente tomaríamos las uvas sin acabar de cenar. Afortunadamente, el pescado era rape, algo que inicialmente agradecí, ya que de haber sido un pez con espinas, probablemente no lo hubiera podido comer, porque la escasa luz disponible en esa zona de la mesa no me hubiera permitido verlas. En cualquier caso el rape estaba tan pasado que ya muchos optamos por no comerlo. Esto ayudó a que al menos se pudiera retirar rápido y a las 23:50 tuviéramos delante nuestro las uvas de la suerte y el sorbete que precedía al solomillo y que por aquel entonces ya habíamos asumido que no degustaríamos hasta la siguiente década, ya entrados en 2020. Pero como dijo Murphy, todo aquello que va mal es susceptible de empeorar. Cuando esperábamos atentos la aparición de Anne Igartiburu, Cristina Pedroche o cualquier otra presentador/a en la pantalla del proyector que el establecimiento (a estas alturas ya se me hace difícil considerarlo un restaurante) había habilitado, resulta que lo único que pudimos ver es la pantalla inicial de un conocido centro multimedia utilizado por muchos para la visualización de contenidos multimedia pirateados. El personal del local en una nueva muestra de sus niveles de ineficiencia no fue capaz de sintonizar ningún canal de televisión, por lo que tuvimos que usar nuestros móviles para poder acceder a la programación y seguir la retransmisión de las campanadas a través de ellos. Dicho sea de paso, ni rastro de cava para poder brindar por la entrada del nuevo año. Se ve que en EzBai eso no costumbre. Finalmente el solomillo nos fue servido a las 00.20, muchos de ellos fríos y con una desorganización casi insuperable. Pero como Murphy es sabio, la cosa todavía podía ir a peor. Una de las hijas de mi sobrina presenta intolerancia a diversos alimentos que puede resultar en reacciones alérgicas graves, e incluso anafilaxia, en caso de ingerir alimentos prohibidos. Por ello, explicamos muy bien y en repetidas ocasiones al personal de EzBai que alimentos podía o no ingerir la menor, ya que en función del alimento y cantidad ingerida, el resultado podía ser fatal. Pues bien, el establecimiento obvió este hecho y le sirvió un postre que provocó una reacción alérgica a la niña. Afortunadamente, el hecho de que ella misma, a pesar de su corta edad, se apercibiera de que algo no iba bien y la rápida intervención de su madre administrando el tratamiento que siempre lleva consigo redujeron la severidad de la reacción y no fue necesario evacuar a la menor a un centro hospitalario. Cuando requerimos explicaciones de lo ocurrido, los responsables tardaron alrededor de 20 minutos en acudir, siendo incapaces de explicar porque habían puesto en peligro la vida de una menor y mostrando una falta total de empatía con lo sucedido. Cuando ya uno no sabía donde buscar la cámara oculta, porque ya pensábamos que todo formaba parte de una broma (de muy mal gusto, por cierto) vienen los críos a la mesa y nos dicen que los camarer@s les han apagado las luces del parque de bolas en el que jugaban porque al lado hay gente bailando y no les gustaba que hubiera tanta luz. No pongo en duda el derecho de otros comensales a disfrutar de intimidad mientras bailan, que obviamente lo tienen, pero si se ofrece un servicio de parque infantil, éste debe estar disponible mientras haya menores que lo quieran utilizar, salvo que se haya pactado de otro modo, cosa que no se había hecho. Todavía hubo alguna cosa más, pero confío que la exposición de lo ocurrido hasta ese momento sea suficiente para que cualquiera que lea esta valoración pueda hacerse a la idea de lo que puede esperar si acude a este establecimiento, y actué en consecuencia.
Un desastre total a las 12 nos pusieron las uvas ,las campanadas las canto un comensal porque no funcionaba la televisión,se les olvidaba el servicio de parte de los comensales ,el segundo plato llego como media hora después de las uvas,no teniamos Cava para brindar .Y para colmo a una de las niñas le dio alergia un postre después de avisar varias veces que era alérgica a varias cosas y según ellos haber apuntado todos los ingredientes de riesgo ,Por suerte la niña se recuperó con la medicación que siempre llevamos,Por supuesto no repetiremoññññññ
Ahora que leo alguna de las opiniones anteriores entiendo lo que nos ha sucedido. Y es que es muy parecido pero. Tiene una fama desmerecida, que su calidad no suple. Además si tienes problemas con la comanda y reclamas, el responsable no se encuentra o no localizan hojas de reclamación Mucha imagen televisiva pero ni fú ni fá.
Ayer estuvimos cenando un grupo con menú cerrado. Servicio pésimo, solo había 2 camareras para atender un comedor de 100 personas aprox. Entramos a las 23.00 y salimos a las 02:40, sin siquiera haber tenido la opción de tomar café. Su respuesta fue que ya tenían apagada la cafetera..... En fin, servicio muy muy muy lento.... Se hizo eterno...
Estuvimos esperando más de media hora entre plato y plato. No hay apenas servicio para toda la gente que tienen, no se lo recomiendo a nadie.