Can Maret - Vilademuls

Hemos pasado solo una noche, para romper nuestro viaje hacia los Alpes, y ha sido todo un acierto: tranquilo, bonito, impecablemente limpio, la comida casera muy buena, el personal como de la familia y mucho sitio para aparcar justo al lado del hostal. Nos recordó la calidez de los refugios de montaña, incluyendo la chimenea encendida. ¡Todo perfecto!

Las habitaciones pequeñas pero acogedoras, son para dormir, la vida está fuera. El trato cercano y tan apacible que te hacen sentir como en casa. La comida casera y hecha con cariño. Para volver y volver...

Es impresionante lo que Ingrid, Roser y Jesús te ofrecen desde que entras por la puerta del hostal Can Maret. No estoy hablando de cosas materiales, me refiero a aspectos que no tienen precio: calidad humana, respeto, cariño, etc. Se nota que disfrutan de su profesión (que por cierto, es muy dura). Muchas gracias a esta familia por tantos buenos detalles, han logrado que lo peor de estos 4 días haya sido tener que irnos, pero sin duda nos volveremos a ver.

Nos hemos sentido como en casa. Trato inmejorable, habitaciones sencillas y limpias, desayuno buenísimo! Las dueñas muy macas y acogedoras. Un 10 de 10.

Hemos pasado una noche en el hostal y nos ha encantado, el trato ha sido perfecto, todo muy limpio y acogedor. ¡Seguro que repetiremos! Muchas gracias.