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Recenzii
Contribuiți la feedbackExcelente relación calidad precio. Cocina casera de calidad. Además, muy de agradecer, puedes comer con tu perro.
Comida casera, natural, con buena gota a muy buen precio
Un lugar muy acogedor. el personal muy amable. Come muy bien.
Menú del día a buen precio, con varias opciones que cambian según productos de temporada. café final agradable y desfavorable.
Este restaurante es perfecto para las personas que saben lo que quieren y no tienen complejos ni prejuicios. Te da exactamente lo que buscas. Está en el centro de Valladolid y tiene ese sabor rústico que hoy en día escasea. Con un diseño clásico de madera pero con ese carácter elegante con diferentes toques originales como el menú escrito en pizarra o el tacto de las mesas. Es relativamente amplío y está muy bien organizado. El personal es muy amable y cercano y parece que están deseando que disfrutes de la estancia. Todo está muy limpio y la comida se nota que está hecha por una persona que cuida de su familia, porque tiene ese sabor casero y castellano de siempre. Ofrecen una variedad muy buena por 12,50€ con comida sana y mediterránea y las raciones tienen la cantidad perfecta. Yo tengo 25 años y mido 1,80 y salí lleno. Desconozco el tipo de comida que consumen las personas que ponen una crítica negativa aquí por la cantidad en el plato a este restaurante pero no es un criterio correcto para una persona que pretenda comer bien y con salud, no salir empachado. Habrá en Valladolid restaurantes más Gourmet y restaurantes más baratos pero muy poquitos están a la altura del equilibrio que ofrece Mares de Tierra. Para esas personas que saben lo que quieren y tienen un buen comer, os garantizo que merece la pena. Yo regresaré seguro y soy de Valladolid. Al terminar os ponen un cafetito de puchero que está incluido en el precio y la chica que nos atendió nos relleno la cestita de pan sin preguntarla y estaba incluido en el precio, no como en otros restaurantes que luego te llevas la sorpresa en la cuenta. De verdad, de 10. Hay que hacer un esfuerzo por conservar sitios como este. Subo fotos de un primer plato, Ropavieja , que es como un cocido de abuela de siempre en una cazuela de barro con mucha calidad y un filete de hígado empanado. Tenían más variedad con ensaladas, judías verdes, pescado fresco o pollo asado. El postre ofrecía junto con fruta fresca o diferentes opciones de chocolate casero o flanes, una Torrija. Parece una bobada pero demuestra el carácter del local., Nosotros elegimos el flan casero, que estaba muy suave y sano también. Lo único debe ser que la gente sabe apreciarlo porque hay que intentar reservar para tener sitio. Eso siempre suele ser positivo pero intentad anticiparnos porque nosotros reservamos de chiripa y luego aún habiendo muchas mesas hubo gente que no pudo entrar por no haber reservado. Por cierto, recomendable acercarse a la cafetería de al lado a la izquierda, la Flor de la Canela , son de las mismas personas y tiene un toque vintage muy bueno. Nos volveremos a ver pronto.