Amaranto - Talavera de la Reina

Local situado fuera del centro histórico, en una zona donde, hasta ahora, es posible aparcar sin más restricción que encontrar un hueco, ya que no hay parquímetros. Con dimensiones reducidas y capacidad para unas seis mesas, su decoración es clásica y simple. La atención es muy buena; tienen el detalle de facilitar los precios de los platos de manera clara, lo cual es un punto a favor, ya que sé que no todos los lugares lo hacen. En la carta encontramos originalidad junto a platos “de siempre” y una excelente selección de vinos. Lo que pedimos estaba muy bueno; se nota la calidad de los ingredientes. Los precios son altos, pero están en línea con la calidad de los ingredientes, su elaboración y el servicio.

Super buena experiencia. el sitio es pequeño pero ideal, todo muy limpio y ordenado y los camareros atento y rápido. El cocinero salió a preguntarnos qué parecían los platos, parecía un gran gesto. en los platos que todos riquísimos y con bastante variedad. Repitamos sin duda.

Hemos comido para repetir, he visto como platos de género, excelente atención principalmente gracias al camarero, por su simpatía correcta. todo era muy bueno, haría el sabor de la carne mejor en el rabino de toros, aunque rico me falta más goteo. y para corregir, el olor de frito en el salón que cuando sea pequeño y junto a la cocina, imagino que será difícil evitarlo. el precio al servicio.

Una sorpresa impresionante. No te lo puedes perder; es un lugar pequeño, así que es esencial hacer reservación. Además de su carta, déjate llevar por las recomendaciones del día y podrás probar algo asombroso. Comienza con su Bloody Mary de ostras y sigue con los erizos de mar en tres salsas o los chipirones con su excelente tinta. De segundo pedimos la película comparte y foie. Todo delicioso, el tratamiento espectacular. Creo que pronto recibirás el reconocimiento que mereces por la comida.

Platos deliciosos para compartir. Hemos comido 5 personas y pedimos 6 platos de la sección para compartir, además de 3 postres. La cantidad fue adecuada para todos, con espacio para el postre (recomiendo la torrija), que estaba espectacular. La ensalada con queso de cabra fue muy buena, las setas gratinadas estaban riquísimas (repetimos) y los buñuelos de tortilla de patata también. Por primera vez probé los erizos de mar, una trilogía, y el que llevaba bechamel estaba muy rico. Los chipirones también estaban excelentes. El postre estrella fue la torrija, realmente espectacular, aunque el soufflé de chocolate también estaba muy bueno y no era nada empalagoso. Para beber, tomamos tinto de verano para tres y agua para los demás. El trato fue muy cercano, simpático, respetuoso y muy agradable. Salimos a menos de 30€ por persona, un buen precio. Ojo, hay platos fuera de carta que son deliciosos, así que es mejor hacer caso a los camareros. P.D: No tomé fotos de todos los platos porque empezamos a comer según iban llegando; solo tengo un par de fotos para mostrar.