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Contribuiți la feedbackEl mejor restaurante italiano que recuerdo. Desde que entras por la puerta, sabes que no te va a dejar indiferente. A la izquierda una pequeña tienda, en la que comprar productos traídos desde Italia y con lo que componen sus platos. Sí, todos los platos están elaborados con productos traídos expresamente desde todos los puntos de Italia, incluso los vinos. La cocina, a lo largo de la barra y a la vista del cliente, con algún cocinero italiano, claro. El local amplio, de techos altos y cómodo. La carta, muy completa, de la que no sabes qué pedir porque todo te llama la atención. Yo para intentar probar de todo opté por ensalada, pasta y pizza, casi nada. Y todo espectacular, se nota hecho con cariño y ganas. Para beber un vino tinto Cottebello , muy suave y rico. Me dio la sensación de que cualquier cosa que pidas va a ser buena elección, confianza plena. También puede ser gracias al trato del personal, en todo momento pendiente de que todo estuviera al gusto. Se me olvidaba, no dejéis de pedir de postre una Panna Cotta sublime en copa que no pudo ser mejor fin de fiesta. Sinceramente, un italiano con mucho gusto, mucha calidad y cuidando todos los detalles. Por cierto, la relación calidad precio magnífica. Y un detalle que me llamo la atención, sirven comida para llevar.
Me encantó,comida tradicional, marinera,estuve con mis amigas y pudimos hablar,se nos pasó el tiempo volando
Tenía ganas de comer aquí, y después de reservar estuve dudando por alguna crítica negativa que leí, pero al final fui y no me arrepiento. Comimos media ración de rabas de calamar, unas almejas a la sartén, por cierto de muy buen tamaño, y arroz con pulpo a la parrilla para compartir, y todo estaba muy rico, es más, seguro que repetiremos. La única pega que le pongo es la carta de vinos, la verdad es que me fijé más en los blancos, que es el que tomamos, solamente un verdejo, J.F Arriezu, para mí de medio pelo, pero a precio de verdejo top, 22 eu, por menos de ese precio, por ejemplo te puedes tomas un Jose Pariente en cualquier otro restaurante; un solo albariño a 25 eu, Enxebre de Condes de albariño, y el resto, vinos blancos de Cantabria, me parece fenomenal que apuesten por ellos, pero para mí también pasados de precio. De todas formas, este problema de la carta de vinos la tienen en todos los restaurantes del grupo, como La Caseta de la Bombas o El Italiano, a mí me gusta ver la carta de vinos de los restaurantes a los que voy a ir, y sinceramente, estas me hizo dudar,
Aunque el personal intenta ser amable y servicial, no dan a basto y el servicio es un poco caótico. Pedí dos veces mejillones en salsa y a los 20 minutos me los sirvieron al vapor.
La experiencia comenzó mal al no dejarnos subir al comedor y tener que comer en las mesas del bar. Los entremeses eran más bien rebozado que otra cosa y el arroz negro deplorable. Nada hacía recordar al Machi donde comí en otras ocasiones. Todo ha cambiado, salvo el precio.
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