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Contribuiți la feedbackPara repetir una y mil veces. El sitio es precioso y la amabilidad de la gente hace que te sientas como en casa. La variedad del menú del día es bestial, todo casero y muy rico. Para lamerse los dedos, el plato y repetir. Cosa curiosa del sitio es que es tiene tienda, como antaño. Vale pa to. Y luego, en el baño hay radiador y una cama con servicio completo para cambiar a los bebés.Cuidan todos los detalles Está adaptado y permite el acceso a personas en silla de ruedas. Así que... lo recomendaremos y seguiremos yendo siempre que nos acerquemos a La Cuenca!!!
Son los reyes de los rellenos,zanahorias rellenas, cebollas, Cabritu, etc, etc. Todo muy rico, abundante y bien servido, si añadimos que sin mu amables es un sitio al que puedes ir sin ningún problema.
Estubimos comiendo las jornadas de los pimientos fuimos por la puntacion que tenia y fue un fracaso los pimientos estaban aguados sin sabor los callos ya los comi mejores las cadadiellas secas y solo una y pequeña para un menu. Solo se salvaron las setas rellenas. No creo que vuelva
Muy poca cantidad, es una lastima ya no es lo que fué, ración de calamares en un plato de postre y más cosas.
Hicimos la reserva para cenar con una semana de antelación. Preguntamos si tenían pimientos rellenos para 8 adultos y nos dijeron que sí. Nos engañaron porque cuando los pedimos nos dijeron que sólo tenían para 2 personas. Pedimos cordero, que vino caliente por fuera y congelado (literalmente) por dentro. Tuvimos que mandarlo de vuelta a la cocina dos veces para que lo descongelasen y poder comerlo. También pedimos setas rellenas, que no comimos porque la salsa tenía un sabor como de estar pasada, estropeada. La dueña dijo que no, que era su sabor normal, pero fue la sensación que nos dio a las 8 personas, por eso las dejamos en el plato. Los callos aguados y sin sabor, igual que las zanahorias rellenas. Los postres no eran caseros. El servicio pésimo, tardaron mucho tiempo entre un plato y otro, lo que hizo que saliéramos tardísimo. No entendemos por qué, ya que éramos muy pocos clientes esa noche. No vamos a repetir nunca en este sitio, nos sentimos engañados, tomados el pelo y con miedo a ser intoxicados.