La Tasquilla - San Isidro de Nijar

La Tasquilla parece, a primera vista, un bar del lejano Oeste. En él podrías entrar y pedir un bourbon sin hielo con un palillo entre los dientes sin que nadie se inmutara. Bien es cierto que el escenario del parque natural resulta bastante propicio para estas fantasías. El interior presenta un aspecto más pintoresco, con objetos acumulados a lo largo del tiempo y en los que te puedes fijar un buen rato sin aburrirte. Al restaurante le antecede una terraza amplia con mesas y enredaderas , que es donde cenamos muy bien a base de salmorejo, lasaña y atún. El vino de la zona nos fue sabiamente aconsejado y pasamos una noche más que agradable en la que repetí varias veces mi admiración y sorpresa por haber encontrado tanta calidad en un pueblo tan pequeño como Rodalquilar. Porque el pueblo tampoco tiene desperdicio alguno, ojo: una mina abandonada, las viviendas en ruinas de los antiguos trabajadores, un jardín botánico y la casa que inspiró a Lorca para escribir Bodas de Sangre a lo lejos: un lugar perdido en las colinas desérticas del parque con la playa salvaje a cinco minutos. Todo esto mezclado con los manjares del restaurante provocó en mí el éxtasis, por lo que , aunque recuerdo que la cuenta no fue barata, me pareció todo perfecto y me fui de allí flotando.

Lugar muy acogedor, tapas muy bien elaboradas. Un lugar muy recomendable para volver.

Espectacular! El vino la cabra y la bota nos ha sorprendido. El tartar de atún y el txangurro una delicia. No es barato pero vale la pena. Una sonrisa del camarero y ya sería fantástico.

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