Salones Baram - Navalmoral de la Mata

La comida, el ambiente y la atención son increíbles. Nos enteramos de que el restaurante cambió de dueño y ahora ofrece una comida más sofisticada. Probamos y se ha convertido en mi restaurante favorito de la zona. Las croquetas más cremosas y deliciosas que he probado nunca. Los postres son increíbles, especialmente la tarta de queso (incluso mejor que la de Alex Cordobés). Volveremos y lo recomendamos a todos.

Encontramos este restaurante por casualidad mientras viajábamos por la zona y fue una sorpresa muy agradable. Probamos un surtido de croquetas espectacular, una torta del casar increíble y un parmentier con foie inmejorable, pero los postres fueron el plato principal. Tanto la tarta de queso como el coulant de chocolate blanco son de los mejores postres que he probado en mi vida. Al final nos dijeron que acababan de empezar en el negocio. Espero que les vaya muy bien, porque el servicio y la comida eran excelentes.

Reservamos para la noche de fin de año 2018 pensando pasar una noche estupenda en familia (mesa de 17 personas) y lo cierto es que fue un desastre. La comida bastante floja excepto los ibéricos y quesos de entrada que estaban buenos. Lo demás mejor no puntuarlo, además de escaso, tocamos a dos langostinos por persona y era el único marisco que había. En general la comida muy floja. Ahora pasemos al servicio, si esque se le puede llamar así por que de camareros tenían poco. Lamentable es quedarse corto, una pena y encima discutiéndote a voces cualquier cosa que les decías, por poner un ejemplo, los de la mesa de al lado les piden pan y el camarero coge uno de nuestra mesa y se lo da, concretamente el de mi hijo mayor que por suerte no come pan. Por no hablar de la discusión con los cafés, cubiertos, hasta con las uvas que faltaban y tuvimos que discutir para conseguirlas. En fin un desastre total para una noche especial. Una pena pues normalmente se come fenomenal en estos salones y en verano en el exterior se está de lujo.

Cena muy agradable de empresa. Hemos comido unas delecias, croquetas y mus de fua con un segundo plato y postre cafe chupito y cava por 30€. Calidad y cantidad.

Estuvimos comiendo los compañeros de trabajo con un menú cerrado y, claro, aprovechan para timar. Cuando nos sentamos las botellas de vino estaban abiertas, el sabor no correspondía a la etiqueta y esta estaba muy usada, como si hubiera sido rellenada. Enhorabuena, han conseguido que no repitamos. La comida regular.