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Contribuiți la feedbackDurante un viaje turístico por la zona, leímos las críticas de este restaurante y decidimos ir a comer allí. El local no es nada especial, un típico bar y restaurante de pueblo, lo único destacable son las vistas de la montaña y el campo desde el comedor. Como no era temporada turística, éramos las únicas 4 personas en el restaurante y en el bar. El dueño nos atendió, seguimos sus recomendaciones, pero la comida no destacaba en nada: un potaje de judías servido en un cuenco de desayuno, unas chuletillas de cabrito con un sabor demasiado fuerte, parecía más de otra carne más grande que de cabrito, y nos recomendó un conejo y un cordero guisados al estilo de la zona, ambos estaban guisados en una salsa de tomate, pimientos y almendras que no lograba ocultar el sabor grasoso del cordero. El remate final fue el precio: 3 potajes, un plato de migas, 2 raciones de chuletillas de cabrito, un plato de conejo y un plato de cordero, 3 cafés, una manzanilla, dos copas de vino de la casa, una cerveza normal y una cerveza sin alcohol: 97 euros. En resumen: comida regular a mala y un precio excesivo para la comida y el lugar. No lo recomendaría.
El restaurante no destaca por su apariencia exterior. Sin embargo, su decoración es muy sencilla pero cuenta con un comedor con excelentes vistas. La comida es simple y muy casera, y la atención del personal nos impresionó positivamente. Ofrecen vinos locales, carnes deliciosas y un ambiente acogedor. El precio es excelente.
Estábamos grabando un reportaje por la zona y se nos hizo tarde, por lo que no nos daban de comer en ningún sitio. No conocíamos la zona, por lo que íbamos un poco a la deriva a ver qué encontrábamos. Finalmente nos topamos con el restaurante Nuevo Andarax, donde nos atendieron de maravilla. Aunque eran las 4 pasadas, nos pusieron una mesa en un salón con unas vistas impresionantes, y nos sirvieron una comida casera de las que a uno le hacen sentirse como en casa (nunca mejor dicho). Como estaba lloviendo, yo pedí migas, y mi mujer pidió un puchero. Ambos estaban deliciosos. Yo con las migas ya me quedé casi servido, porque era un plato considerable. De segundo pedimos magra con tomate y patatas, un plato bastante contundente, por lo que ya me tuve que desabrochar el botón del pantalón. De beber pedimos una copa de vino, y nos trajeron una jarra de barro que daba para un par de copas cada uno. De postre tomamos un pan de Calatrava y un puding de calabaza. Riquísimos. Todo ello, más un café, por unos 12 euros por cabeza. Sin duda repetiremos.
Tanto la atención del dueño, como la comida han sido estupendos. El precio 60€ para cuatro personas, con café y postre. Y unas vistas magníficas, realmente para repetir!!!
En pleno corazón de la Alpujarra en laujar de andaráx estuvimos comiendo en este local. Comida y postres caseros, buenas vistas y el trato del personal muy amable. Comimos carne à la brasa. Riquísima.