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Contribuiți la feedbackEl restaurante está situado en un alto, apartado de la “civilización”. Casa antigua, pero reformada y decorada con acierto. La comida muy recomendable, especialmente la chuleta. El servicio más que correcto. Un acierto para una comida de trabajo o una ocasión especial.
Estuvimos el miércoles 19 de agosto después de visitar el tren minero . Menú abundante. Recomendable
El restaurante forma parte de un complejo en el que hay un hotel rural, la decoración es de piedra que se integra estupendamente en el entorno. El comedor tiene toques innovadores, pero respeta el carácter rústico del complejo. La atención fue amable y correcta. En cuanto a la comida, nada entre lo tradicional y lo innovador, y ahí es en lo que creo que se queda un poco tibio, quizás en aras a no romper con lo que se espera que es un restaurante en un pueblo de la Cuenca Minera, o porque lo demandado es más la cocina tradicional, se queda lejos de sorprender en cuanto a los platos innovadores. Antes de la comida se nos abre el apetito con un aperitivo de gazpacho de fresas muy refrescante. Hemos pedido para compartir un plato de foie fresco a la plancha que estaba riquísimo. Mi marido eligió carrilleras y he de decir que estaban impresionantes, y yo tataki de salmón con tres sabores, y es ahí donde se quedaba muy a medias, el plato no tenía chispa, se suponía que cada uno tenía un sabor, ácido, picante y amargo. Pero hacía aguas, era muy plano, no destacaba ni predominada ningún sabor, quizás para agradar al gusto local, pero a mi modo de ver, para los que elegimos este tipo de comida, nos gusta que nos sorprenda, que rompa un poco y no lo consiguió. Terminamos con un arroz con leche, sabroso, requemado, que ponía el broche dulce a la comida. En la sobremesa, con los cafés, se nos ofrece dos pastelitos de crema también muy ricos. Con un té y un café, y sidra de mesa y agua, la cuenta asciende a 74€, que se me antoja un poco excesiva para lo que se ofrece. Como pongo en el título, cuando se paga ese precio, se exige y se espera más
Hemos visitado este restaurante en varias ocasiones y nunca nos decepciona. El servicio y la calidad son excepcionales, especialmente recomendamos la chuleta de vaca vieja. Muy recomendado.
El restaurante es elegante y bonito, con una terraza muy agradable. A pesar de la apariencia de ser exclusivo, la comida es de buena calidad y en abundancia.