e Posada CantabriaGuriezo

Pésimo restaurante en relación calidad-precio con un peor dueño sin modales ni educación ninguna. Un plato de lechazo para dos personas el cual nos aseguraban que era suficiente cantidad para comer los dos y que resultaron ser tres trozos que no llegan ni para una persona acompañados de una supuesta ensalada la cual era únicamente lechuga en un plato. Dicha ingente cantidad de comida junto con dos trozos de pan y una botella de agua salieron por un módico precio de 74€, a lo que despues de pagar mostramos nuestro descontento con la camarera, quien llamó al dueño para que hablara con nosotros. Pues bien, nosotros le pensábamos mostrar con la misma educación que a la camarera nuestro desagrado, pero al momento de su llegada comienza a reprocharnos que esto es comida de alta categoría que hace falta conocer para poder valorar, y que si era poca cantidad, que es lo hay porque hay restaurantes mas caros con menos comida. Ante este comportamiento le pedimos el libro de reclamaciones, negándose a dárnoslo pese a estar obligado a ello y encarándose con mi abuela de 85 años de muy malas maneras con un tono de voz impropio del dueño de un establecimiento que debería dar un trato irreprochable a sus clientes. En definitiva, salimos con hambre, con los bolsillos vacíos y con muy mal cuerpo por el pésimo comportamiento de su dueño 0% recomendable en todos los sentidos.

Excelente la calidad de la comida, un disfrute para el paladar. El trato maravilloso

Cenamos uno de los días que nos alojamos en la posada. Pedimos el menú para 2 que consta de entrantes y chuleta. Los entrantes bien, correctos. La chuleta muy, muy buena. La calidad y el punto de la carne fueron sobresalientes. Sin duda volvería sólo por esto

Cenamos uno de los días que nos quedamos en la posada. Pedimos el menú para 2 compuestos de entrada y picado. el pozo entrante, cierto. el muy, muy buen golpe. la calidad y el punto de la carne eran excepcionales. Definitivamente volvería por esto.

Excelente calidad de la comida, un gusto por el paladar. el trato maravilloso