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Contribuiți la feedbackAntiguamente, hará algo menos de 10 años, fuimos y estaba bien. Pero fuimos ayer, y al parecer cambiaron de dueños, ahora son una familia de chinos, hijo pequeño que no debería estar allí incluido. Esto no tendía porque ser malo, pero el caso es que pese a tener 5 televisiones en el interior, y tras decirnos que nos ponían la que quisiéramos , luego resultó que no sabían hacer funcionar ninguna, salvo la pequeña detrás de la barra. Nos tocó acercarnos una mesa casi a la barra para poder verla (fuimos a ver un partido de fútbol, y solo pudimos verlo porque lo daban en abierto). Antaño era un bar valencianista, pero ahora sólo mantiene la decoración para atraer aficionados, pero nada más. Además de ese engaño, al preguntar, junto a lo de las televisiones, preguntamos si tenían para cenar,y nos dieron la carta; pero cuando al rato llegó el momento que queríamos empezar a cenar, nos dijeron ya no servían bocadillos, sólo tapas. Hubiera sido un detalle que nos informasen de que iban a dejar de servir bocadillos, cuando habíamos dejado claro que íbamos a querer cenar. Las bravas no estaban ni bien ni mal, pero al pedir puntilla nos sacaron una especie de chipirones fritos, pequeños y que se iban desmenuzando. No suficiente con eso, al servirnos dicha especie de chipirones, nos dijeron que no les quedaba limón, que es típico que acompañe la tapa. En cuanto al precio, completamente excesivo, por cuatro tercios de cerveza, y esa 2 tapas, nos cobraron la friolera de 16 €. ¡UN ROBO Y ESTAFA! El colmo fue que un amigo (que tiene el estómago delicado) luego se tuvo que ir a urgencias por una gastroenteritis, que claramente contrajo al comer allí, y a tenido que pasar el día tomando suero. A mi no me llegó a sentar tan mal, pero si que he estado todo el día con el estómago revuelto. En conclusión, mejor quedarse en casa que ir a este pésimo y denunciable restaurante que estaba bien y lo han destruido los nuevos dueños.
Fuimos a cenar unos amigos y nos quedamos descontentos porque íbamos a menudo antes de cambiar de dueño. La calidad de la comida no fue buena: los bocadillos, el pan un poco seco pero la puntilla fue lo peor,la probamos y no pudimos comerla: el rebozado sabía raro y el aspecto de la puntilla horrible. El servicio de cocina fue muy lento con apenas 3-4 mesas de 4 comensales máximo cada una tardaron mucho en servirnos. El chico joven, moreno y delgado que nos atendió muy bien fue atento e intentó ser lo rápido que pudo, en cuanto tenía la comanda la servía. El precio no es caro pero dada la calidad si lo fue. Nos fuimos descontentos
Hemos cenado superbien entramos por casualidad pero volveremos seguro buen trato buena comida y muy buen servicio
Para ir de vez en cuando, no está mal. El típico bar de barrio. Para una cerveza con una tapa o, como mucho, un bocadillo, no está mal.
Un bar estupendo donde poder reunirte con los amigos, con precios normales y un excelente trato al cliente. Recomiendo pasar por este bar.