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Contribuiți la feedbackHabíamos reservado mesa para cinco y veníamos desde Valencia, el día anterior nos dijeron muy secamente que fuéramos puntuales porque la cocina cerraba a las 3 y cuál es nuestra sorpresa que al llegar a las 13,50, el local estaba completamente cerrado. No hay mucha opción para comer alrededor y eso es dejarte vendida.
Servicio sin ganas y con malos modales, mediocre y caro. Antes de comer cervezas a 2€ En terraza, no hay tapas unas olivitas o un puñado de cacahuetes como a los monos. Lo siento por el propietario pero le recuerdo que el cliente es lo primero, no siempre tenemos la razón pero no hace falta entrar en discusiones absurdas
Cuando llegamos, nos recibe en el interior, oscuro y vacío, un caballero que con toda su crudeza (entiéndase referida a sus modales) nos informa de que no podemos pasar con nuestra perrita en ningún caso y que hace mucho calor fuera en la terraza. Es de agradecer la información porque cuando viajas a través de portales interestelares esos matices se te escapan. Añade el señor que además no atiende fuera, en la terraza de su propio local, agregando datos sobre la ola de calor. A pesar de la invitación para marcharnos decidimos quedarnos a comer algo rápidamente y volver a nuestro portal interestelar donde la temperatura nunca pasa de los 25 grados. Elegimos bebida y dos bocadillos de tortilla francesa, que no estaban mal ejecutados a pesar de la complejidad de su elaboración. Cada vez que nos cruzamos con el individuo insistía en aportar los mismos datos sobre la temperatura por si aún no habíamos sido capaces de comprender que 42 grados es calor. Al ser chicas te viene muy bien que te ayuden con eso. Precio: dos cocacolas zero que finalmente a iniciativa del apelado fueron normales y decidimos aceptar, ya que reclamar podría haber supuesto nuevas alertas de peligro de muerte por calor que queríamos evitar, y dos bocadillos de tortilla francesa: 16,75 precio de amigo… Al ir a pagar al interior, que seguía oscuro y vacío, por supuesto nos regaló una nueva aportación meteorológica para cerrar la velada. Sin duda se contuvo de sugerir que comiésemos dentro mientras dejábamos a la cachorra sola fuera atada a una farola, como él habría hecho, lo cual es un detalle que no nos pasó desapercibido, así como el fino sarcasmo con el que contesta las reseñas negativas, solo comparables en calidad con su ilustre establecimiento. No dejó de sorprendernos la alta nota con la que contaba, 8 y algo, que no es cuestión menor, y pensamos: algo se nos ha escapado. Al intentar dejar nuestro comentario en la página de el tenedor, a través de la que reservamos, y que ofrecía un descuento en toda la carta que el caballero aclaró que no era tal, sino que solo para algunos platos, descubrimos con estupor que según él no nos presentamos. Como ya digo, viajar a través de portales interestelares y no con vehículo como la gente normal tiene su lado malo y es que puedes caer en un agujero de gusano (no en el sentido galáctico sino literal). En fin, que cada cual decida, yo ya he configurado mi portal para no volver a caer por ahí.
Cuando viajas en familia pensando que en el medio rural son buena gente y te encuentras que te sablean al pedir la cuenta por ser foráneo. La cocina un desastre y el precio un robo. Eso si, con una gran sonrisa en la cara.
Hoy,después de una ruta en bici,por cuatro cervezas y cuatro chorizos nos han clavado 19€.Por ser de fuera,como a los guiris en Benidorm.eso que aparece en la foto se supone que son dos bocadillos y vale 9€