Anil - Córdoba

Es un restaurante perfecto, comida buenísima, de calidad, un trato espectacular. La dueña muy atenta y agradable. Las vistas de la ciudad preciosas, todo muy cuidado y muy bonito.

He ido varias veces, tanto para cenar con mi pareja, como con amigos e incluso para celebrar algún evento. El entorno es maravilloso por su coqueto jardín y sus magníficas vistas. A eso añade su dueña y chef una cuidada carta con productos de primera calidad y un servicio excelente. Sus bacalaos son un clásico heredados de la buena mano de su madre y anterior dueña, Doña Teresa pero Itziar Escribano, sin dejar la cocina mediterránea actualiza e innova cada temporada. Me encanta su tataki de solomillo. Nunca fallan y por eso siempre vuelvo

Un sitio muy tranquilo para una cena relajada con buena compañia. Sitio privilegiado . Personal y dueña encantadoras.

Sitio muy íntimo y bonito. Tiene aparcamiento propio. La comida muy rica y las camareras muy atentas. Fuimos con un niño y aunque en la carta no había plato infantil nos prepararon uno para él. Por ponerle una pequeña pega, no tiene carta de postres aunque te ofrecen un postre de la casa gratuito

Estuvimos por primera vez cenando y desde luego la experiencia ha sido muy mala. El servicio lento y poco profesional pero lo peor fue la comida. Ni los entrantes, las croquetas desechas, el revuelto insipido y sin sabor, la bomba muy simple y sobre todo cada entrante muy espaciados, entramos a 10 y el primer entrante lo sirvieron a la 11,30. Los platos individuales, las kokochas al Pil pil, sin pil pil y mal tratadas, los tátakis de solomillo, llenos de pitracos y se devolvieron. Tuvieron el detalle de no cobrar los tatakis pero aún así lo pagado nos supo a estafa, no por el precio en si, sino por la calidad de los platos. No es recomendable.