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Recenzii
Contribuiți la feedbackMuy buena experiencia, nos trataron terriblemente y la extraordinaria, bien hecha y calidad de la comida cruda. Ellos se encargan de los detalles y eso es para agradecer, yo estaba confundido cuando hice la reserva y los escribí y llamó, me trataron terriblemente y corrigieron mi error sin ningún problema. Por supuesto que volveremos. Nos dijeron que quitaron los menús diarios, una verdadera vergüenza de no conocerlos en esa etapa, seguramente tendrían muy buenos menús.
Fuimos a cenar y la comida es espectacular. todos los platos que pedimos estaban fuera de una carta excepto el postre. Destaco el cromo de rabino de vaca y el tataki de ciervo de un millo. El pastel de queso estaba delicioso. Ponen unas tazas de salchicha con aceitunas y acompañan pan con aceite. Después del postre fuimos invitados a roncar miel. el personal es muy atento y cambiar el plato y las cubiertas cada vez que viene un nuevo plato. Comemos en la terraza, está decorado muy bien y la temperatura a principios de junio fue perfecta. Lo repetiremos.
Un privilegio tener un restaurante de esta calidad en tres canciones. la lubina a la sal excelente, aunque nos sorprendió mucho la calidad de los postres. precio más que razonable y muy amable servicio. ciertamente regresaremos
Exquisita atención, comida fabulosa y atmósfera extraordinaria. Vamos a repetir el seguro.
Vi por casualidad este restaurante buscando restaurantes en Tres Cantos con buena puntuación en las reseñas, y cómo casi todo, tienes sus luces y sus medias sombras. ME ENCANTÓ: el tartar de atún; milhoja deconstruída (postre). ME GUSTÓ MUCHO: gyozas de pato, aunque había partes de la pasta que quedaban duras, y no tenía boletus, aunque así las describían; croquetas de rabo de toro también muy ricas, aunque la salsa de mayonesa no era exactamente lo que le pegaba, yo hubiera esperado un punto dulce, quizás en unos puntitos de salsa extra. SIMPLEMENTE ME GUSTÓ: calamar con arroz negro; solomillo ahumado (no era el ahumado tradicional, simplemente el humo de la campana, que no le aporta el mismo sabor ahumado que al hacerlo durante horas); tarta de queso normalita, sin sabor a queso semicurado/curado que a los amantes de las tartas de queso, nos gusta encontrar. El precio algo elevado, porque quizás pedimos un plato de más, pero para repetir y pedir los platos que más nos gustaron y/o algún otro que no hayamos probado. Sobre todo destaco el tartar de atún: siendo muy fan de la cocina japonesa, estaba muy bien aliñado, y el corte también muy bueno. La atención magnífica, y el lugar/decoración muy bonito. Volveremos.