Checho - Buenos Aires

La comida es lo unico que zafa, la atencion y el servicio es pesimo, mas alla que tanto con Clarin 365 y/o el Club La Nacion tiene el 20% de descuento, NO te lo aceptan por ser Domingo ??!!!!

Si bien la parrilla es rica me veo obligado a poner la peor calificación a este lugar ya que es un riesgo para cualquier persona.Cuando llegas el parrillero esta fumando un habano lo cual ademas de estar prohibido por ley fumar en restaurantes, que lo haga el parrillero es peor!Cuando te atienden parecen estar haciendote un favor, te tratan demasiado mal.Pero el tema que mas me hace poner esta calificación es la asepcia (Método o procedimiento para evitar que los gérmenes infecten una cosa o un lugar.), el parrillero con la misma cuchilla que corta carne cruda usa de "espatula" para servir empanadas o cortar carne ya cocida, o también pone carbón y no se lava las manos. En mi consideración esto es imperdonable.

Fuimos con mi novia en Enero. La comida estaba bien, normal. Quisimos probar el cordero pero justo no había.

El lugar está bien puesto, la atención es a mi gusto muy buena, son todos muy amables. La comida muy buena, el asado riquísimo y hecho al punto que uno pide. La creme brulee bien, este postre es rico o es malo, no hay punto medio, me me gusto mucho.Lo recomiendo!

Fuimos 15 comensales a cenar un viernes por la noche.La calidad de los productos era de terror. Primero nos sirvieron un pan relleno de sobras de carne, el cual fue consumido, evidentemente, porque imperaba el hambre entre el personal.Luego llegó el turno de las achuras... el chorizo pasable, hasta por ahí nomás, la morcilla parecía una bolsa de plasma, tenía la consistencia de una babosa, lo del gusto se los debo, ya que primó el instinto de conservación...Las mollejas no eran de corazón, era de glándula parótida, por lo cual eran de las duras, pero lo peor, es que estaban crudas, se ve que ahorran en carbón los muchachos, deben seguir el protocolo de Kyoto...Luego llegó el vacío, que fue lo único medianamente decente de la noche, ya que el asado que vino después parecía haber sido sacado de un mamut, por el tamaño y la cantidad de grasa.Finalmente, los postres, para no desentonar, dejaban mucho que desear. Los helados llenos de cristales de hielo, dejaban entrever que la temperatura del freezer no es muy constante, deben usar el método chino de encendido/apagado...Lo mejor vino al final, 750$ por cabeza, es decir, 50 USD.Eso es lo que cuesta comer en un buen restaurant en el primer mundo.Lo único bueno de todo lo vivido, es que al estar pegado el local a las vías del tren, si algún comensal sentía deseos de suicidarse por la experiencia vivida y el precio pagado, podía arrojarse a pasitos de la salida...