San Roque - Branosera

Una comida muy mediocre, las sopas de ajo no sabían a nada, el bacalao al ajo arriero no sabía nada más que a pimentón y no era buena calidad. La tarta de queso muy rica, pero nada más de lo que probamos. Para no reperir

No entiendo esas opiniones tan negativas. Estuvimos el viernes 26 de enero. Pagamos 34€ por dos menús. Varios primeros, segundos y postres a elegir. Incluidos cafés, chupito y dos copas de vino crianza. Los que pedimos mi chica y yo estaban muy buenos. El tiramisú y la tarta de coco deliciosas. La atención por parte de los camareros muy correcta. El local muy amplio y cómodo. Gran aparcamiento privado. Había mucha gente del pueblo comiendo. Buena señal. Repetiremos para probar los platos de su carta, que tienen muy buena pinta.

Falta de profesionalidad y educación, la camarera a grito limpio y faltando al respeto, y el dueño y cocinero se anima a hacer lo propio, si, si, literalmente.Fuimos a comer el jueves 17 de agosto 43 socios de una Asociación Cultural, cosa que hacemos todos los años desde hace 20 años, y esta es la primera vez que nos tratan así. Concertamos unos días antes un menú cómo los que ofrece a diario el restaurante de 15 €, todo normal y correcto. El día de la comida a las 14h. nos mandan pasar a un comedor, solo para nosotros, tres mesas preparadas y la gente se va sentando ¡Empiezan los gritos de la camarera! algunos socios se habían pedido bebida en la barra, a pleno pulmón les exige qué pasen “qué ella no está para esperar a nadie..” nada de llévense la consumición a la mesa por favor que voy a servir... El punto culminante es cuando un socio le dice que si le importa cambiarle el plato de alubias porque “le habían tocado cuatro contadas...” la citada camarera se fue a cocina y salió con el cocinero- dueño qué portaba una gran cazuela, profiriendo voces preguntando por el sinvergüenza qué había dicho eso y que sus alubias son excepcionales.... bla bla bla y se reitera en sinvergüenza. Los socios consiguieron aplacar los ánimos y sin entrar ya en mas detalles, NOS DIERON EL DÍA.. Deciros también que en los dos aseos femeninos ¡no funcionaba el agua de las cisternas y no había jabón, ni secamanos o papel y eramos 43! ¿Esperabais un final feliz? Pues la camarera reafirmó su carácter negandose a traernos el café a las mesas (en el otro comedor si lo servia) y le dijo a la socia que preguntó, con su agraciado tono de voz: ¡El café se pone en la barra y se paga en el actooooo!

De primer plato pedí “Puerros rellenos de centollo”, los puerros eran los peores que he comido jamás, eran talludos y lo del centollo, era una burla, porque no había rastro de ello. Además, venían acompañados de una bechamel que estaba fría. De segundo, varios pedimos “Entrecot”, advirtiendo que uno estuviese más pasado. La sorpresa fue que cuando los traen, estaban todos exactamente igual, el que debía estar más hecho, soltaba sangre, por lo que pedimos que se pasase más. La sorpresa fue que cuando lo trajeron, ya no sabía a carne, si no al pescado a la plancha que habían hecho antes. Realmente asqueroso.

La atención al cliente vergonzosa. Éramos una excursión de 44 personas. Muy mala educación desde las camareras hasta el cocinero. La comida muy mediocre. No recomendaría ni a mí peor enemigo ir allí. Sin duda prefiero comer un bocadillo.