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Contribuiți la feedbackParamos a comer de camino a la playa. Comida mediocre, trato regular. La camarera de barra muy simpática. Menú del día 11'50€. Caro para unos macarrones de cantina de primero y un filete de bacalao (rico) con patatas recalentadas...lo peor fueron las moscas, rondándonos durante toda la comida. Muy incómodo...
El restaurante se ve bonito desde el exterior, pero nuestra sorpresa llegó cuando llegamos a la barra. Los aperitivos (salchichas negras, chorizos con una capa de grasa congelada, ensaladilla que llevaba más de un mes puesta, todos los aperitivos de una calidad tan pésima que dañaba los ojos), pedimos un café que ni siquiera me pude tomar del asco que me estaba dando. Quise ir al baño y al abrir la puerta sentí un olor insoportable, las tazas del inodoro estaban muy sucias con una capa de suciedad acumulada durante años que no se limpiaba. Intenté ir al baño de minusválidos, pero la puerta estaba cerrada, así que decidí ir a la estación de gasolina que estaba enfrente. Pagamos 2,70€ por dos cafés, un precio exagerado considerando lo que habíamos experimentado. Mi sorpresa fue cuando entré al baño de la estación y me dijeron que mucha gente se quejaba allí y que el restaurante no les pertenecía. No entiendo cómo en pleno siglo XXI puede haber lugares de esta índole. Nunca volveré a parar en este sitio. Por el contrario, la estación de gasolina tenía baños superlimpios y una máquina de café... gracias a que nos permitieron usar el baño sin realizar ninguna compra.
Íbamos de viaje y paramos en un área de servicio para comer. El lugar es típico de carretera, normalito, con mesas en el interior y terraza (sin servicio de terraza). Tienen una pequeña carta con platos combinados, raciones, etc... y menú del día a 11,50 euros. La comida es casera, está bien/nomal, raciones correctas, comida normal, de batalla, para comer y seguir viaje. La atención es sencilla pero correcta, y no tardan ni en atenderte ni en servirte. Otro más de los muchos que hay similares. Pagamos por un plato combinado, un menú, 1 cerveza, 1 refresco y 1 café, 23,20 euros. Sitio correcto para parar a comer de viaje.
Hemos parado a desayunar esta mañana. Hemos pedido zumos, café y tostadas. Las tostadas las pedimos con mantequilla y mermelada. La camarera, bastante desagradable, nos trae margarina (sería la peor marca del mercado porque estaba realmente mala) y le decimos si puede darnos mantequilla. Su tono de forma desagradable “es lo que hay”. Le pedimos la cuenta y la sorpresa final llega en la cuenta: los zumos los cobran a 2,5€ en un bar donde el pan de la tostada es de hace 3 días y no tienen mantequilla. Cuando le comentas la cuenta a la camarera no te mira ni te contesta. Realmente desagradable. Es un sitio nada recomendable y te vas con la rabia de haber pagado 13,30€ sin haber desayunado bien.
Cuidado con la cartera porque tiene unos precios desorbitados, te cobran lo que quieren. Hicimos una parada en el camino y Como veréis, no especifica que tomamos dos cafés y por ambos, en un lugar de carretera, nos cobran 3,40€. La camarera se confundió con uno de los cafés y de muy malas maneras se dirigió a nosotros, por no comentar el golpe que le dio a la cafetera... patética su actitud. El local está lleno de moscas. Los baños están sucios y viejos. Lo mejor que podéis hacer, es tomar el café en la gasolinera que hay justo al lado y no entrar en este sitio.
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