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Contribuiți la feedbackEstuvimos unos días visitando Baños, un pueblecito precioso que recomiendo a todos los que aún no lo conozcais. Estuvimos alojados en una casa rural y el día que llegamos mientras paseábamos lo vimos y nos llamó la atención y decidimos pasar. El restaurante es bastante coqueto y el camarero que nos atendió muy atento Estuvimos comiendo mi mujer y yo y, aunque la calidad de las viandas como su elaboración es bastante buena, la relacion cantidad/precio no lo es tanto. Tomamos cuatro platos: alcachofas con jamón, calamar a la andaluza, secreto y chuletillas de cabrito y una ración de pan regados con una cerveza y una copa de vino ribera y nos cobraron 89€. Sólo se lo recomendaria a aquellos que antepongan la calidad del servicio sobre el resto de cuestiones a valorar. De hecho, si el precio hubiera sido más ajustado, nosotros lo hubiéramos calificado con las 5 estrellas.
Un hermoso edificio en una ubicación ideal para visitar la parte antigua del pueblo. El personal es muy amable. Estuvimos en la habitación del pescador y es hermosa, con techo abuhardillado. Muy limpia y con un colchón muy cómodo. ¡Volveremos!
Es una Casa Rural preciosa. Una edificación histórica y típica de la zona de Baños de la Encina, muy bien restaurada y ambientada. El servicio y el trato, tanto de los empleados como del propietario, magnífico y cercano. Se come muy bien, platos típicos andaluces y de la zona, carnes de caza y ensaladas especiales.
Lo mejor es la ubicación, pues una vez que aparcas ahí el coche, que no es muy fácil, no lo necesitas para moverte por el pueblo. El edificio está muy bien rehabilitado, pero lo que no estaba tan bien era la habitación, el pescador, con un baño que no respetaba para nada la intimidad ni permitía utilizarlo por la noche por tener una puerta corredera de cristal que unía de pared a pared la anchura total, pasando luz, ruido... y el colchón excesivamente blando. Por otro lado, el señor que atiende, no desprende simpatía ni cordialidad, sino más bien todo lo contrario.
Lo mejor es la ubicación, pues una vez que aparcas ahí el coche, que no es muy fácil, no lo necesitas para moverte por el pueblo. El edificio está muy bien rehabilitado, pero lo que no estaba tan bien era la habitación, el pescador, con un baño que no respetaba para nada la intimidad ni permitía utilizarlo por la noche por tener una puerta corredera de cristal que unía de pared a pared la anchura total, pasando luz, ruido... y el colchón excesivamente blando. Por otro lado, el señor que atiende, no desprende simpatía ni cordialidad, sino más bien todo lo contrario.