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Contribuiți la feedbackHonestamente el panarra ya no es el panarra que era antes han bajado en calidad y han dejado de hacer buenas tapas incluso podría decir que de la carta que tienen hoy en día la mitad de las tapas ya no las hacen, he ido varias veces y siempre me toca cuando ya no hay pan que se les a acabado o que no hay carbonara porque se les quedó corto el pedido incluso hasta pollo a la plancha, deberían de actualizar y poner carta nueva para que uno sepa lo que venden o no, hasta deberían de quitar el cartel de los helados que aún lo tienen cuando ya no lo venden en fin... deben mejorar mucho
Un bar al que no volveré más, sin duda. He venido con mi familia, para empezar pedimos dos tapas de ensaladilla que devolvimos por estar agrias. Mi tío preguntó por un sanjacobo con filete y se lo trajeron solo de jamón y queso, además de que mi prima tenía un montadito carbonizado (que se comió para no tener que cambiar otra vez la comida, porque encima el servicio es muy lento). Otro familiar se pidió un bocadillo de pollo y se lo trajeron de lomo, cuando ya todos habíamos acabado de comer, lo devolvió para tener el que pidió y otra vez a esperar media hora. También pidió dos salsas alioli y la otra llegó más tarde que el último bocadillo, después de recordárselo al camarero. Señalo también que algunos de los bocadillos (como Panarra y Mantecao que pedimos) vienen con pan de semillas y no lo específica en la carta. Añado también que pedí unas patatas carbonara de entrante con mi hermana y llegaron después de la salsa alioli
Pedí para cenar una bocadillo Panarra y el pollo venía en mal estado, olía y sabía fuerte. Mi amigo que pidio exactamente el mismo bocadillo le pasó exactamente igual. La cerveza esta buena pero no es mada recomendable para comer.
La experiencia en este restaurante es vergonzosa. Las camareras son amargadas, sin ganas de trabajar, antipáticas y vulgares. El baño está sucio y la terraza es muy descuidada. Alguien dijo que la panadería tenía 6 meses de vida y el propietario se enojó, pero yo le daría solo tres meses más, porque el servicio, la calidad y la atención son vomitivos. Una caña mal tirada por 1,70 €, ni siquiera cobran eso frente a la Giralda. Además, tener que mirar las caras de esas trabajadoras es desagradable, la única que parece esforzarse es la que parece latina con gafas, las demás apenas si trabajan. Este bar es recomendado para quienes quieran esperar al menos 20 minutos por un simple cortado, que además llega frío. Es vergonzoso, claramente un lugar usado para blanquear dinero.
Sin duda las anteriores reseñas no mienten. Camareras antipáticas, con poca educación, poco cualificadas y lentas con el bar vacío, la comida en mal estado tuve que devolverle tres platos en mal estado, sabían y olían mal. Me intentaron cobrar de más en 2 ocasiones. Sin duda pueden ir allí a tomar como mucho un refresco y mucho es.