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Contribuiți la feedbackEn la noche del sábado reservamos una mesa en Burger mito´s. Comentan que hay que estar puntual, como debe ser, y allí estábamos. Tras sentarnos en una mesa nos atendieron, pedimos las bebidas y posteriormente la comida. La bebida llegó pero la comida se estaba retrasando. A la media hora de espera le pregunté a una camarera y me comentó que lo diría en cocina. La comida salía a mesas anexas que habían llegado posteriormente a la nuestra. A los 50 minutos volví a preguntar a otra camarera y le comenté que no era normal y me contestó que lo entendía pero que tenían prioridad las “motos” (comida a domicilio) porque ya habían pagado. A los cinco minutos le comenté al dueño, que pasaba cerca de la mesa, que no era normal la tardanza en traer la comida. Me comentó que si era normal. Que tenía más de 300 mensajes en el móvil, llamadas y que me los iba a enseñar. Me dijo que no sabía cómo funcionaba esto. Le comenté que sí. Que he trabajado en hostelería y no es normal esperar, con reserva y sentados 55 minutos a una comida que no había llegado (unas patatas fritas y un serranito). Me volvió a decir que era normal. Le dije que tal vez tenía más demanda de la que era capaz de abastecer. Me repite que tenía que pagar 7 o 9 nóminas cada mes. Que yo debía haber pedido la comida cuando se llamó para hacer la reserva y de esta manera en cinco minutos la tendría en la mesa. Yo, como cliente, no debo porque saber eso, y esa manera de proceder puede tener problemas de tiempos. Tras esto, el dueño me comentó que existen otros muchos lugares de hamburguesas si no estaba conforme. A lo cual me levanté para ir dentro a pagar las bebidas e irnos. Mientras me cobraba me comentó que lo que le dolía es que parecíamos gente normal y que por eso me decía las cosas con respeto, qué si fuésemos chusma, lo comentábamos en un cuarto de atrás (no lo quise entender como una amenaza). Mientras me comentaba esto se apartaba la camiseta por el cuello para mostrar una cicatriz entre el hombro y el brazo diciendo que cuando fue a urgencias le hicieron esperar a él varias horas. (yo no le enseño, porque no le interesa, mis cicatrices al dueño). Qué tiene que ver una cosa con la otra. Se ve que el dueño estaba desbordado, pero atender al público es lo que tiene, que el trato no debe ser inadecuado. Para que el asunto no fuese a más, y sabiendo que la situación tanto para mi acompañante como para mí era violenta, le comenté que un día de estos le iba a dar un infarto. En favor de la hamburguesería tengo que decir que tiene mucha demanda, la comida está bien y suelen tratar de un modo correcto (incluido el dueño). No sé si morirá de éxito por los motivos que acontecen en este comentario. Quiero entender que es un caso puntual, pero lo quiero hacer notar por varios motivos: No se puede contestar ciertas cosas a un cliente. El cliente habla con respeto y espera lo mismo. El cliente no debe ni le interesa nada más allá que se le dé solución a la llegada de la comida. (ni la logística, ni el estrés intrínseco de su actividad económica, ni enfermedades, etc). Aunque entiendo en parte la postura del propietario en cuanto a la preocupación del negocio, creo que repercute negativamente para el mismo en este caso, incluso desde el punto de vista de su salud para el dueño. Yo evidentemente, como él comentaba, tengo muchos sitios a los que ir. Nosotros nos fuimos con un mal rato encima. Tal vez no lo tome como lo que es, un relato de los hechos y que pone de manifiesto que tuvo un mal día y, sobre todo, que el nivel de estrés que maneja le puede afectar muy negativamente a la salud.
He estado cenando hoy en el restaurante, me han puesto de comer mal, tarde y mi campero se ha quedado sin rumbo después de 1 hora y media, le he llamado la atención y me dicen que están cortando el pollo dentro
Hoy he ido a cenar con unos amigos, nos han sentado en una mesa a las 21,45 de la noche, hemos pedido la primera parte de la comanda, ya que llevábamos dos niñas menores de 2 años para que cenaran, y más tarde (22,30) hemos pedido nosotros la cena, ya que han tardado en venir a tomarnos nota. La primera parte de la comanda ha llegado a las 23.00 de la moche, eran unos nugget... A las 23,35 de la noche no había llegado nuestra cena y nos hemos levantado a preguntar, el dueño se ha encarado con nosotros, y seguidamente uno de sus cocineros. Nos han faltado el respeto. Le he pedido el libro de hojas de reclamaciones y ha tardado 20 minutos en dármelos, y cuando le he preguntado, me ha dicho que si tengo prisa que llame a la policía que ya me lo dará. Resulta que uno de sus trabajadores ha tenido que ir a por el fuera del negocio, ya que no lo tenía allí. Hemos sido clientes habituales desde hace muchísimos años, pero desde hace un tiempo aquí el trato y las formas del dueño dejan mucho que desear. Es lo que tiene cuando quieres abarcar tanto y no sabes como... DE VERGÜENZA!!
Primero hemos trabajado en hostelería las 6 personas que estabamos en la mesa, pero quería comentar lo que nos ha sucedido esta noche en la hamburguesería Mito, donde hemos pedido nuestra comida y la de dos niñas pequeñas, y a la hora de pedirla y no tener la comida decidimos de pedir la cuenta, la respuesta de ellos ha sido salir el dueño a decir excusas echandose encima de mi marido, y los cocineros con la comanda en la mano gritando que sólo habíamos esperado una hora, echándose encima de mi amiga, y gritanto, y diciendo el dueño a mi marido ya nos veremos donde tú trabajas. Hemos ido más veces sabemos que puede tardar, pero jamás imaginé que por decidir irme ya que no me traian mi comida, se pusieran de esos modos a hablarnos, a salir cocineros y gritarnos, encima de que ha sido fallo de ellos. Si no puedes abarcar con tanto mejor menos cantidad y más calidad. Ya nos ha quedado claro sus formas, además de su servicio, ya que una de sus frases han sido aquí la gente sabe que en mito se tarda una hora y pico en comer .
Fuimos sin reserva, pensando que al ser de barrio no habría problemas...pero...todo reservado, aún así el camarero que fue de 10 nos apañó una mesa a 1 segundo, eramos 4. Los camperos grades y riquísimos, las patatas con sus salsa exquisitas y pedí un mini hamburguesa a mi hijo de 5 años, que era....pff la mitad de una baguet...no pudo acabarsela!!! Y eso q come muchísimo. El camarero Alejandro súper amable educado y muy organizado, controlaba ka terraza a la perfección. Repetiremos.