Ser y Tiempo - Buenos Aires

Vinos de todas las cepas y comidas bien condimentadas. Buena música y un ambiente súper relajado.....

El lugar es muy lindo, el ambiente cálido y la comida muy rica. Sin embargo para todo tardaron una eternidad y nunca nos dijeron nada. Si mejoraran la atención, sería para recomendar y volver.

En un ambiente íntimo y cálido, con buen jazz de fondo, este restaurante de Palermo te invita a disfrutar de una carta pequeña pero bien seleccionada, diversa y completa, y de una amplia variedad de vinos de distintos puntos del país. Vale la pena preguntar por sus orígenes e historias.Es estéticamente precioso, la atención es muy buena y, lo más destacable, es el hecho de que cada plato tiene sus sabores bien trabajados y equilibrados. Se distinguen cada uno de los ingredientes, se percibe su buena calidad y la mano del chef para elaborarlos, condimentarlos y combinarlos. Eso mismo sucede con los distintos vinos que probamos a lo largo de la noche.El precio no es económico pero está acorde a la calidad de lo que ofrecen.¡Es muy recomendable! Fui con dos amigas para celebrar un cumpleaños pero es ideal, también, para ir en pareja.

We accidentally found this restaurant when the restaurant we attempted to go to was closed due to a holiday. What attracted us at first was the beautiful dimmed lighting and the interior. Additionally, it is hard to find a restaurant open before 8 o'clock in the evening. It is considered a wine bar so there is a nice selection of wines. The food was great (I had the shrimp) , the wines were good, the bread was terrific and the service was excellent. What more could you ask for?

Cambió el ambiente, cambió el clima, cambió la calidad de los platos. Todo era mejor antes.Música a todo volumen contrasta con el clima intimista que ofrecían.Comida insípida contrasta con los platos Gourmet que solían servir.Sigue habiendo una buena oferta de vinos pero, falta de delicadeza aparte, tienen los precios escritos sobre cada botella con algo simil liquid paper. En fin, fuimos anoche y mi pareja terminó descompuesta. Una pena, un gran lugar en las manos equivocadas.